La Residencia Sanitaria, actual Arnau de Vilanova, necesitaba una ampliación.
En el mes de julio de 1956 se inauguró la Residencia Sanitaria General Moscardó, actual Hospital Arnau de Vilanova, para atender a los trabajadores afiliados en la Seguridad Social. Pero desde entonces el censo de afiliados había crecido enormemente y las 275 habitaciones, con dos, tres, o cuatro camas, necesitaba una ampliación.
Esto se opinaba en LA MAÑANA: “¿Saben cuántos beneficiarios de la Seguridad Social tenía Lérida cuando fue construida la Residencia Sanitaria? Unos 16.000 en números redondos. Ahora hemos superado los 106.000, con la siguiente distribución: 66.000 trabajadores asegurados por cuenta ajena; 1.500 empleadas de hogar; 8.500 de la rama agrícola por cuenta ajena y 30.000 por cuenta propia. Es evidente que la Seguridad Social se encuentra en el disparadero de construir una nueva residencia sanitaria”.
“Así nos lo contaba ayer el director provincial, señor Fernández Navarro. Parece que Lérida está incluida en el plan trienal de nuevas construcciones y que en 1975 las obras estarán ya en pleno apogeo —salvo complicaciones monetarias—, que no son de esperar. También se nos habló de la apertura de una nueva Escuela Universitaria de Ayudantes Técnicos Sanitarios, escuela cuyos trámites han sido iniciados ya, cara a promocionar el suficiente número de titulados que puedan cubrir las plazas a crear. Junto a la Escuela Sindical Ángel Montesinos, las nuevas estructuras de la segunda residencia de la Seguridad Social acabarán por promocionar una nueva parcela ciudadana, la del camino de Moncada, para construir una Lérida mejor. Qué buena falta nos hace”.
23 de septiembre.
La Fira, antes de su inauguración.
Antes del día de la apertura de la Fira se hacía un recuento del coste de adecentar o poner en pie los diferentes stands que se ofrecían a los ojos y, en ocasiones, al gusto de los futuros visitantes del certamen. El periodista Manolo Molina ofrecía este reportaje en LA MAÑANA: “Son las cinco de la tarde del jueves. Las oficinas de la Fira trabajan a toda presión. El director, señor Nadal Gaya, me da unas cifras, unas pistas para encauzar el reportaje y empieza a contestar llamadas telefónicas y a recibir visitas”.
“Y lo primero que me llega es, extraoficialmente, claro, lo que le cuesta a la Feria de San Miguel acondicionar el Pabellón Frutero. Cerca de medio millón. Casi quinientas mil pesetas que están ahí. Y empieza mí periplo. Primer alto en el camino. Un expositor que lleva once medallas de oro por la calidad de sus melocotones. Acondicionar el stand de sus melocotones le llevará cerca de las cincuenta mil pesetas”.
“Del Pabellón Frutero, los pies nos llevan hasta el sector de degustación. Allí diversas firmas se afanan por hacer atractiva la estancia al visitante. Obligado recuerdo al stand de Cervezas San Miguel auténtico ‘rendez-vous’ de la Feria, el lugar donde van, sin excusa, todos los visitantes ilustres. Están lavando la cara al Pabellón. Lavar la cara significa cambiar tejado, paredes, que por ser de madera presentaban signos de vejez, poner otro parqué. ¿Cuánto?, háganlo en casa a ver cuánto resulta. Mucho dinero. Más luego el sueldo de las chicas y la mucha, muchísima cerveza que se bebe gratis. Por encima, solo una de cada diez cañas que se tiran es cobrada”.
9 de septiembre.
L’Escorxador Municipal, a lo largo del tiempo.
Antes de la construcción de un matadero municipal los había en las calles de la Tallada y Galera. En la construcción del primitivo escorxador se aprovecharon las piedras procedentes del derribo de las murallas. En 1864 ya se proyectó el edificio y se aprobó un presupuesto de 158.268 reales. Las obras las dirigió don Agapito Lamarca. Más tarde, en 1915, al lado del anterior, se construyó l’Excorxador Municipal bajo la dirección del arquitecto Morera i Gatell, con un estilo modernista.
En la sección Ayer y hoy, Gómez Vidal hacía estos comentarios: “Cambio en el titular. Las fotos no corresponden al ayer y hoy de Lérida, sino al anteayer y ayer. Miren el escuchimizado matadero leridano. Desconchado por todas partes, con una puerta y muy sencilla. Ni había las campañas de saneamiento de ahora, ni Lérida sumaba tantos habitantes y muchos y muchos payeses mataban su propio cerdo, tenían sus propias gallinas y el matadero era prácticamente un edificio de lujo”.
Y continuaba: “Ya casi no es el hoy. Ha sido renovado. El matadero reclama a ojos vista una sustitución adecuada con los tiempos que vivimos. Lérida crece por todos lados, y la bonita obra de la década de los veinte reclama sustitución rápida”.
1 de septiembre.
La plaça de les Missions, con las obras de pavimentación, dejó de ser un lodazal.
Con el fin de las vacaciones comenzó la actividad de urbanización en alguna de las zonas de la ciudad, como en el carrer Segrià y en la plaza de les Missions, que hasta entonces, por falta de trabajos de pavimentación, se había convertido en un lodazal. Eso hacía que las protestas de los vecinos fueran constantes, sobre todo los días en que tenían que asistir a misa.
En aquel lugar los carmelitas descalzos tuvieron la idea de construir un santuario dedicado a Santa Teresa de Lissieux en el espacio que ocupa la actual plaza de les Missions, y se proyectó por el arquitecto Cases Lamolla una gran basílica. Pero la actual construcción no tiene mucho que ver con lo proyectado.
La portada de LA MAÑANA daba la información: “El Plan J continúa adelante. Ahora le ha tocado el turno a la Plaza de las Misiones, donde está enclavado el Santuario Nacional de Santa Teresita. Desde estas páginas nos hemos hecho eco en numerosas ocasiones de la necesidad de realización de estas obras. Esperemos que el buen ritmo con que han sido iniciadas las obras no decaiga”.
11 de septiembre.
Golpe de Estado contra Allende en Chile y muerte del Premio Nobel, Pablo Neruda.
Un golpe militar terminó con el camino hacia el socialismo emprendido por el régimen presidido por Salvador Allende. Hacía meses que una gran agitación social, con numerosas huelgas y atentados, ponía en dificultades al gobierno socialista, y estos acontecimientos fueron la excusa que dio el Ejército para sublevarse y exigir la renuncia de Allende.
Aviones de combate iniciaron pasadas de baja altura sobre la capital, mientras el presidente seguía en el Palacio de la Moneda con sus leales. Más tarde recibió una llamada diciendo que un avión lo esperaba para ir al exilio. Su respuesta fue: “Un presidente de Chile no toma el avión para huir”. El doctor Allende, con casco y metralleta, ordenó la defensa del palacio presidencial. Allende murió defendiendo la democracia, pues ya había dicho que “Sólo muerto me sacarán de aquí”. Se habló también de que se había suicidado, aunque las circunstancias no se aclararon. Tomó el poder una Junta Militar presidida por el general Pinochet.
Doce días después del golpe militar, murió el poeta y premio Nobel de Literatura en 1971, Pablo Neruda, que participó activamente en la política, desde su declarado comunismo, y fue representante diplomático de su país en varias misiones. Uno de sus poemas fue premonitorio de la tragedia chilena en aquellos días “ Yo no quiero la patria dividida ni por siete cuchillos desangrada”.